El ámbito de la docencia ha sido
considerado tradicionalmente como uno de los oficios en los que la vocación
debe poseer una de las presencias más fuertes. Sin embargo atendiendo a las
funciones docentes recogidas por el BOE y reflejadas en el artículo 91 de la
Ley orgánica de 2/2006 pocos o ninguna son las referencias a este aspecto.
La ley deja bien atadas cuestiones básicas
como la obligación de que los profesores ejerzan de forma competente su trabajo
exigiéndoseles aspectos como una programación adecuada (función 1), la
colaboración en las actividades pertinentes (función 6), el acatamiento de los
criterios de evaluación escogidos por los centros o la propia administración
(función 9), o el crecimiento intelectual social y afectivo (función 5). La
obligada colaboración con las familias y el entorno de los educandos adquiere
una especial relevancia como queda demostrado en las funciones 3 (que procura
la propia colaboración con estos) y la 7 (que obliga a la parte educadora a
informar de forma periódica y pertinente sobre el proceso educativo de los
alumnos).
No obstante, y pese a esta colaboración
con los entornos del alumnos, los hechos de solo una verdadera vocación o unas
verdaderas ganas de querer llevar a cabo tu trabajo de forma correcta quedan ensombrecidos
en estos puntos y cabe recordar que nuestra profesión es una de las profesiones
en las que el apoyo casi incondicional cobra más peso al tratarse el verdadero objetivo de esta de
dar lugar a la creación de personas que educadas en los valores (tolerancia,
respeto…) puedan ejercer su vida como ciudadanos críticos sabedores de cómo
desenvolverse en el mundo que les rodea, objetivos para los que nuestro papel
debe de ser inquebrantable al existir muchos casos en los que las
circunstancias personales nos convierten en prácticamente el único apoyo
realmente maduro que muchos jóvenes tienen.
Por todo esto creo que las funciones del
docente, pese a ser correctas e imprescindibles, bien pueden carecer del
elemento de la entrega y dedicación, como ya hemos dicho propios de la vocación
o de las ganas de llevar a cabo bien tu trabajo, que tanto pueden necesitar
muchos alumnos en determinadas situaciones de exclusión, desventaja etc… de a
día de hoy.
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