Perfectos ordenadores


Siguiendo la estela marcada en el post de bienvenida, hoy trataremos de analizar la situación actual de las humanidades y la problemática que estas encierran. Es bien sabido que a día de hoy en pleno siglo XXI, muchas son las personas que especialmente entre las generaciones más jóvenes, opinan como la filosofía o la literatura no tienen una importancia significativa en un mundo en el que los vaivenes de la globalización, el auge de las redes sociales y los continuos avances tecnológicos están a orden del día. 

El hecho de que las humanidades se encuentran en una situación de progresivo empobrecimiento no es algo que pase desapercibido para cualquiera que ponga atención, pero se torna mucho más evidente en el ámbito de la educación. Incluso en los mejores modelos educativos de los países mas desarrollados podemos observar como asignaturas como la historia o el arte, y aspectos como el espíritu crítico o la puesta en valor de la cultura quedan opacados por nuevas asignaturas que responden más a la demanda de mercado y a la economía existente, que al deseo de crear ciudadanos instruidos y críticos que sean capaces de observar y solucionar los problemas del mundo y la sociedad en la que viven. 

Observando así que la cuestión llega a escala global, pocas son las oportunidades que tendría una nación como por ejemplo España si quisiera cambiar verdaderamente las cosas. Con todo, no podemos dejar de proponer pequeñas transformaciones que pueden suponer un pequeño cambio. 

 En primer lugar, la equiparación entre ciencias y humanidades. Uno de los puntos más graves que afectan sustancialmente a estas últimas es el hecho de que su denostación no venga dada únicamente por la sociedad; la administración suprimiendo o quitando la obligatoriedad de ciertas asignaturas e incluso profesores instando a sus alumnos más aplicados a escoger la carrera científica en contra de su vocación o sus deseos, también son gran parte del problema. Por otra parte unificar los conceptos básicos y evitar dividir en ramas o asignaturas es también una novedosa opción que muchos colegios ya han puesto en prácticaAsí mismo la simplificación acompañada de afianzamiento de ciertos contenidos, o el hecho de hacer atractivas a las humanidades con los métodos disponibles de hoy (redes sociales, series, películas…) puede ser una buena alternativa si queremos conseguir que nuestros alumnos se conviertan en ciudadanos críticos y no en meros ordenadores inteligentes. 



Comentarios

  1. Me encanta este post. La reflexión sobre la posición de las humanidades me parece muy acertada. Sin lugar a dudas, este ámbito de conocimiento debe convertirse en un pilar fundamental de la sociedad democrática

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